viernes, 4 de septiembre de 2020

La desconocida del Sena



L'Inconnue de la Seine. Una ahogada cautiva en una foto que me obsequiara, después de un tonto desencuentro ideológico, el poeta Jorge da Fonseca como prenda de amistad sostenida.

Es el rostro de una suicida del Sena tomado, hacia fines del siglo XIX, por un Nadar, un Atget o algún fotógrafo contemporáneo de esos nombres ilustres, anónimo para mí.

No tengo claro si la foto reproduce los rasgos naturales de la muerta o los de la máscara mortuoria que, según se dice, un médico de la Morgue de París, fascinado por la belleza de la ahogada, encargó furtivamente a un artista la misma noche del hallazgo del cuerpo. El rigor mortis es engañoso: convierte en máscara lo que fuera vida. Pienso en ese médico, solo ante la joven inánime, orientando su libido hacia la posesión artística de su belleza en lugar de dejarse arrastrar por sus instintos a un insondable abismo de locura.

Rilke, Supervielle, Aragon, Blanchot, Camus, Nabokov, Al Alvarez e incluso Chuck Palahniuk escribieron sobre ella. Hermosamente, Camus habla de una "Mona Lisa ahogada".

Yo también tuve una pequeña experiencia con la Desconocida del Sena. Modesta y explicable, pero no por ello indigna de ser referida con algún aderezo.

Recibida la foto con el consejo de no guardarla sino de tenerla al alcance de la vista para que algo de toda aquella poesía decimonónica permeara mi "cuero de homínido del siglo XXI" (tal el delicado mandato de mi amigo poeta), le hice un lugar en mi mesa de noche, bajo el vidrio donde suelo poner las imágenes que quiero llevarme al sueño. Allí estuvo hasta que hace unos días noté el vidrio empañado y sentí un leve escalofrío al pensar en la posibilidad de un aliento sobrenatural o -suelo hilar fino- de un pedido de auxilio de ultratumba.

Sé que se trata de un fenómeno físico, como mucho químico.

Pero déjenme dudar, soñar...






4 comentarios:

  1. Bellísimo... y escalofriante.

    ResponderBorrar
  2. Sus palabras resumen el hecho, lejano pero conmovedor. Graciaa!

    ResponderBorrar
  3. Quizás no fuera un pedido de auxilio, quizás fuera la única estratagema para hacerte saber que está allí con vos para soñar su sueño.

    ResponderBorrar