viernes, 20 de marzo de 2020

Miedo




Tiempos de coronavirus.

Todo el santo día pensando en la posibilidad del contagio, en la letalidad de ese "bichejo" recién catalogado por el saber profano.

En el tren, en las calles, en el trabajo, en casa, sólo un pensamiento, una preocupación, una esperanza: los míos, los míos, los míos...

Pero la psicosis general no me sigue al sueño. El sueño me protege llevándome a sitios desolados, antiguos. Discurro solo entre ruinas milenarias, sin preguntarme, piadosamente, que ha pasado con esos lugares. Si fueron abandonados en épocas remotas por pandemias como la que sufrimos hoy, por ejemplo. Curioso.

Al despertar, vuelta a la inquietante realidad.
Evito las noticias mientras desayuno.
Zapping en busca de refugio.
Documental sobre Olga Orozco, la diosa-poeta de Toay que durante una hora, con las piedras preciosas de sus ojos y su voz oracular, disipa los fantasmas de la enfermedad y la muerte.
Pero al final del programa, la placa de cierre informa que la entrevista data de 1998 y que la poeta murió al año siguiente.
Y otra vez la muerte, rondando con pasos de vals y contradanza...

Es tal vez por eso que frente al espejo del baño, mientras me recorto la barba, mis rasgos se desdibujan para dar lugar a los de René Daumal (¡humilde metamorfosis!) en aquella fotografía famosa tomada pocos días antes de su muerte. En ella aparece tranquilo pero inexpresivo, entregado ya a la tuberculosis que se lo llevará.

¡La mirada de Daumal! Vacía, muerta, llena de más allá...

(¿La mirada de Daumal o la mía?)

Tal vez no sea más que un efecto del espejo, empañado en parte y algo desconchado, pero el borde de las pupilas reflejadas o fantasmales parece erizado de mínimas púas equidistantes...

Miedo.

Raúl Ruiz


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