martes, 31 de marzo de 2020

Diablos enamorados



Que el Diablo se enamora, no es una primicia.
Desde Le Diable amoureux (Jacques Cazotte, 1772) a la fecha, hay una ingente cantidad de cuentos, novelas, ensayos, películas, poemas, piezas musicales y plásticas, etc., donde el demonio flaquea ante una mujer hermosa o un apuesto caballero.
Pero las pasiones demoníacas son más antiguas, se remontan a las brumas de la mitología.
Elegimos dos diabólicos intentos de seducción, oscuros y bestiales. El primero, extraído del milenario Ramayana, fabulosa epopeya índica donde el Satán indostánico, Ravana, terrible monstruo de diez cabezas, rapta e intenta doblegar "por las buenas" a Sita, mujer de Rama, héroe del poema. El segundo, tomado en dos partes del film Legend (Ridley Scott, 1985), es producto del siglo XX (William Hjortsberg) pero basado en cuentos folclóricos que remiten a los miedos más antiguos del hombre. En él, el príncipe de la tinieblas, después de hechizar a la casta princesa de la historia mediante cierto vals macabre (I), intenta torpemente doblegar su pudor (II).



De Ramayana*

Al ver a Ravana en aquel aspecto, la augusta mujer tembló como un plátano agitado por el viento. El demonio de las diez cabezas encontró a la videana vigilada por las raksasas, sumergida en su dolor como un navío se sumerge en el mar. Inquebrantable en la fe jurada a su marido, vióla sentada en el desnudo suelo, como liana, cortada del árbol conyugal y caída en tierra. Su proximidad produjo en ella movimientos convulsivos.
Amorosamente, Ravana dijo a la infortunada: "Ocultando por todas partes tu dolor, al verme quisieras esconderte en el seno de lo invisible. Destierra el dolor que te inspira mi presencia, pues no te encuentras entre hombres ni entre raksasas siquiera. Tomar las mujeres por la fuerza, arrebatarlas por la violencia ha sido en todo tiempo y lugar nuestro oficio, temerosa dama. ¡Yo te amo, mujer de grandes ojos! ¡Ámame, mujer en quien están reunidas todas las perfecciones corporales! ¡Concédeme tu amor, cara mitilana, y no te obstines en tu dolor! ¡Mitilana, sé mi esposa, mi esposa favorita, la primera entre las más distinguidas de mis numerosas mujeres! Las joyas que con violencia he arrebatado en todas partes y este mismo reino, son tuyos, dama doliente. Por ti quiero conquistar la tierra, y regalársela a tu padre Djanaka, con las numerosas ciudades que la pueblan."

Después que Sita hubo escuchado este terrible discurso, abatida, contrita, con voz triste, respondió lentamente al raksasa: "Lo que pides es vergonzoso e indigno de una mujer virtuosa como yo, que forma parte de una familia pura e hija de otra muy ilustre. Soy esposa de otro; no puedo por tanto serlo tuya. Ni tu imperio ni tus riquezas me seducen: ¡yo no pertenezco más que a Rama, lo mismo que la luz al astro del día! Pronto el ragüida, mi esposo, caerá sobre ti, su odioso rival, y me arrancará de tus brazos."
Irritado por estas palabras, el monarca de los raksasas encolerizóse hasta el furor, y respondió: "¡Crees, sin duda, que tu condición de mujer te pone al abrigo del suplicio, y por eso te permites dirigirme esas palabras de ultraje! ¡Al extremo que mi cólera ha llegado, y habiéndose apoderado ya de la cabeza, será preciso que te envíe a la muerte! ¡Si vives aún es gracias a que eres mujer! Cada una de tus palabras de ultraje merece una horrible muerte en justo castigo. Mas es necesario que tenga paciencia durante dos meses: te concedo ese plazo. Sube después a mi lecho, mujer de ojos embriagadores. ¡Si transcurrido ese término te niegas a aceptarme por esposo, mis cocineros te cortarán en pedazos para mi comida!" 


Valmiki (siglos III - I a.C.)


Videana: oriunda de Videa, aldea de Mitila.
Raksasas: en el hinduismo, seres demoníacos. Ravana y sus servidores eran raksasas.
Mitilana/o: gentilicio de Mitila o Mithila, antiguo reino de Nepal.
Ragüida: relativo a Ragú o Raghú, bisabuelo de Rama, el héroe ramayánico.

Editorial Schapire. Traducido de la obra de Fauche por Juan Guixé




De Leyenda


(I)




Imagen de cabecera: Sita raptada por el demonio Ravana.




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